Durante muchos años, diciembre fue una época difícil para mí. Mi hermano, quien era una figura muy importante en mi vida, falleció un 25 de diciembre, y desde entonces, esta época del año me traía más tristeza que alegría. No disfrutaba las luces, las canciones ni las reuniones. Simplemente quería que el mes pasara rápido.
Sin embargo, desde que comencé este camino de consciencia, algo cambió dentro de mí. Practicar la gratitud fue uno de los primeros pasos, aunque al principio no fue fácil. A medida que fui siendo más consciente, comencé a descubrir traumas viejos que seguían allí, afectándome sin que yo lo supiera.
Enfrentar esos traumas no ha sido sencillo. Aún aparecen, pero lo importante es que sé que estoy en el camino correcto. No me doy por vencida conmigo misma. Sigo empujando, día a día, para acercarme a mis sueños, a mis metas y, sobre todo, a ser feliz.
El proceso de crecimiento personal no es rápido ni fácil. Es largo, a veces doloroso, pero profundamente transformador. Me he dado cuenta de que el tiempo va a pasar de todas formas, así que prefiero invertirlo en mí, en mi desarrollo, y no seguir viviendo en piloto automático.
Hoy puedo decir que diciembre ya no es un mes de tristeza. He aprendido a verlo como un recordatorio de cuánto he crecido y cuánta luz puede surgir incluso en los momentos más oscuros.
Quiero invitarte a que te des la oportunidad de conocerte, de sanar y de enfrentar lo que sea que aún te pesa. Porque cuando lo haces, empiezas a quererte más, a cuidarte más y a vivir con una salud integral que se refleja en todos los aspectos de tu vida.
Este diciembre, quiero recordarte que no estás sola en este camino. El primer paso es el más difícil, pero también el más importante.
UNA FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO PARA TI, TE LO DESEO DE CORAZON QUE SIEMBRES AMOR Y ESPERANZA EN TU CORAZON. Si podemos cambiar, mejorar y superarnos!